¿Nunca les ha pasado? ¿Estar mirando fijamente a alguien sin nisiquiera escuchar lo que dice? Pues éso me pasó amí. No sé cómo ni por qué pero en sus ojos me vi refelejada y me perdí. Perdí toda fuerza alguna, toda la concentración, toda la calma. Me volví loca. Loca de remate. Sus ojos se vieron en los mios, tocaron mi alma y me dejaron encerrada. Ésos ojos... Ésos ojos color miel, son mi absoluta perdición.
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