I.
Hoy me anocheció temprano.
He notado cómo con el paso del tiempo dejé de tener el don de expresarme. Me quedé congelada en este frío. Estos tiempos me entristecen también.
Tengo todo y no tengo nada a la vez.
Tiendo a tropezarme y cada error se me clava, dejándome un hoyo que poco a poco me voy abriendo, porque no sé cómo cerrarlo.
La amo como no tiene idea, pero a veces me siento incompetente como no se imagina.
A veces no reacciono, a veces me equivoco, a veces no sé cómo pedir perdón y regreso al mismo círculo vicioso de el hablar.
II.
Hablo mucho.
Prefiero quedarme muda, pero jamás ciega para no dejar de verla jamás.
III.
Sí estoy lista.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
jueves, 7 de noviembre de 2013
A veces me pierdo para encontrarme.
Hoy ya no sé dónde estoy.
Ya no sé dónde estás.
Ya no sé nada.
Mientras más claro se vuelve el día, más denso se vuelve el aire para respirar.
Más frías se vuelven mis manos.
Más rápido late el corazón.
Regreso a mis raíces para desenterrarlas y luego dejarlas en el fuego porque jamás me dejaría regresar.
Hazme regresar.
Hazme volver a sentir.
Hazme volver a amar.
Hoy ya no sé dónde estoy.
Ya no sé dónde estás.
Ya no sé nada.
Mientras más claro se vuelve el día, más denso se vuelve el aire para respirar.
Más frías se vuelven mis manos.
Más rápido late el corazón.
Regreso a mis raíces para desenterrarlas y luego dejarlas en el fuego porque jamás me dejaría regresar.
Hazme regresar.
Hazme volver a sentir.
Hazme volver a amar.
miércoles, 30 de enero de 2013
El humanismo no ha fortalecido, sino que ha debilitado al hombre: tal es el desenvolvimiento paradójico de la historia moderna. A través de su autoafirmación, el hombre se ha perdido, en lugar de encontrarse.
martes, 25 de enero de 2011
sábado, 18 de diciembre de 2010
Florecer.
Dando un vistazo rápido a los últimos meses vividos, me he dado cuenta que entre más errores cometes, menos te dan ganas de aprender a levantarte. Es "la zone de confort", si ya estás en el suelo es casi imposible volver a caer.
Muchas veces las flores más hermosas crecen entre la maleza más seca, sólo es cuestión de saber si tú eres el que quieres crecer ó son los demás quienes quieren que crezcas.
Al ser humanos, somos automáticamente seres frágiles de mente, a la larga, lo que es difícil no nos gusta.
Aprender a florecer con las condiciones más desfavorables nos hace capaces de aventurarnos a lo desconocido y vivir sin necesidad de algo más que lo indispensable.
Muchas veces las flores más hermosas crecen entre la maleza más seca, sólo es cuestión de saber si tú eres el que quieres crecer ó son los demás quienes quieren que crezcas.
Al ser humanos, somos automáticamente seres frágiles de mente, a la larga, lo que es difícil no nos gusta.
Aprender a florecer con las condiciones más desfavorables nos hace capaces de aventurarnos a lo desconocido y vivir sin necesidad de algo más que lo indispensable.
Al lado de la dificultad está la felicidad.
martes, 14 de diciembre de 2010
Tú.
Y aunque esté sentada con los dedos morados y temblando, nunca me cansaría de escribir sobre tí.
Por más que te busqué no te vi, ni te oí, estoy segura que has de estar por ahí, bien escondida, pero por ahí, sonriente como siempre, haciendo que valga la pena cada una de las gotas de mi tinta negra.
Y siempre que quiero por fin terminar, siempre me viene a la cabeza una frase más, pequeña, pero dice toda la verdad.
Por más que te busqué no te vi, ni te oí, estoy segura que has de estar por ahí, bien escondida, pero por ahí, sonriente como siempre, haciendo que valga la pena cada una de las gotas de mi tinta negra.
Y siempre que quiero por fin terminar, siempre me viene a la cabeza una frase más, pequeña, pero dice toda la verdad.
Ni te conozco pero ya te extraño, a lo mejor es el alivio que me daba verte cada ves que me sentía cansada.
Pero no me basta con plasmarlo aquí, sé que terminando voy a salir y volverme loca mientras le grito al viento lo mucho que te quiero, lo mucho que me dejas desesperada.
Ojalá y no termine rápido, todo a su tiempo, cada beso a su instante.
Me senté a pensar, me siento a imaginar: ¿Cómo seríamos tú y yo?
¿Qué hago entonces?
Canto, escribo, rezo y le hablo a la Luna. Le hablo de tí, las estrellas tintinean como si desesperadas esperaran a que les contara cómo nos conocimos y qué ropa llevabas, la Vía Láctea me ofreció ir por un vaso, llenarlo de leche y llevarte galletas también en un plato. Yo en lo personal prefiero llevarte dos cajitas de cristal: uno para guardar las cosas más importantes y el otro para que a todos lados del mundo a mi amor te puedas llevar.
Tú y yo.
¿Buena combinación?
Francamente no sé, pregúntale a tu corazón, él es quien el que mejor sabe tomar esa decisión.
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